Después de que su libro El Traje del Muerto tuviera ventas decentes en este país, la editorial Suma decidió publicar tanto su trabajo previo 20th Century Ghosts (Fantasmas) como su mas reciente Horns (Cuernos). Debatí conmigo mismo sobre cual de los dos comprar ya que el presupuesto no estaba como para comprar ambos. Me termine decidiendo por Fantasmas porque es un libro de relatos cortos y rara vez un libro así me ha resultado decepcionante. Después de todo es bien sabido que es mas sencillo escribir un buen cuento que una buena novela.
Debo decir que también me impresiono la cantidad de premios que recibió esta recopilación. Entre ellos el Bram Stoker y el British Fantasy Award. Aunque por otro lado, Lisey Story de Stephen King también ganó varios premios y son como seiscientas paginas de pura aburrición.
No es el caso de Fantasmas que es una colección por demás entretenida aunque un poco engañosa. Varias de sus historias no son de terror. Incluso, un par de ellas no tendrían nada que estar haciendo allí.
Lo bueno empieza cuando lees las historias que si son de terror. Narraciones originales y entretenidas sobre temas como niño langosta asesino, niño secuestrado que escucha fantasmas, niño medio retardado con un don especial un tanto maligno. Ah, por cierto, todas las historias tienen algo en común: sus protagonistas son niños.
Joe Hill medio me decepciono con El traje del muerto que aunque encantó a la critica a mi se me hizo un libro que flojea mucho después de la primera mitad pero que si tiene un inicio muy bueno. En este caso pasa lo contrario. Las primeras historias son algo flojas pero se ponen cada vez mejor hasta llegar a la ultima y más larga que es mi preferida.
Como suele suceder cuando leo libros de relatos de terror, muchos de sus relatos se te olvidaran en días pero hay algunos, quizá un par en este libro, que se te quedaran en la memoria para el resto de tu vida.
Un buen trabajo de un escritor que quizá no sea lo mejor que el mundo de la literatura de terror tenga para ofrecer, pero vamos, que con la poca lectura en este país, traducida en faltada de interés que a su vez desemboca en cientos de libros y escritores no publicados en español. Pues es lo que hay. Y en este caso lo que hay no esta del todo mal.