martes, 3 de septiembre de 2013

Cuento: ACECHADOS

ACECHADOS

 By Le Felipao ©

Los escucho, no están muy lejos. Aunque sus rugidos se escuchan a muchos kilómetros de distancia y no es posible calcular muy bien qué tan cerca se encuentran. 
Perciben nuestro olor, no importa qué hagamos para ocultarnos, tarde o temprano nos encuentran. 
Así que aquí estamos en la azotea de un viejo edificio de cinco pisos, el más alto que encontramos. Pero eso no los detendrá. Nada los detiene. Las balas resultan prácticamente inútiles contra esas bestias. Hace unos días mi amigo Simon y yo le rociamos dos cargadores enteros con las metralletas a una de ellas, y aun siguió con la suficiente fuerza como para separarle la cabeza del cuerpo de un solo zarpazo al pobre.
Quedamos muy pocos con vida y creo que pronto acabarán con todos. Ahora ellos son tantos y tan pocos nosotros que la esperanza ya se ha perdido. El porqué algunos seguimos huyendo y escondiéndonos es una pregunta para la cual no tengo respuesta. Varios ya han optado por usar sus armas para acabar con el sufrimiento. No importa, el resultado será el mismo: resurgir como un ente asesino más.
En estos escasos momentos de quietud, mientras estoy de guardia y todos duermen un poco antes de emprender la huida de nuevo, observo las estrellas completamente ajenas al infierno que vivimos en este mundo, y aún así tengo la sensación de que alguien o algo allá afuera, en algún lugar nos observa y no siente ninguna compasión por lo que nos sucede. Y creo que está en lo correcto en no sentirla. Obramos mal, el planeta entero obró mal. Ahora es demasiado tarde para reparar los errores que se cometieron. 
No puedo dejar de rememorar todo una y otra vez, los recuerdos vienen a mi como gotas de agua en una llovizna de agosto y no tengo con qué cubrir su llegada, sólo me queda empaparme en ellos.
El primer eslabón de la cadena de sucesos que nos llevó a vivir en este mundo apocalíptico fue la creación de una máquina, fabricada por un grupo de científicos rusos. Creyeron estar haciendo un gran aporte al mundo y a la ciencia. No los puedo culpar, en el momento, yo también lo creí. Aún recuerdo el momento en que me enteré de la invención, estaba desayunando frente al televisor que transmitía las noticias matutinas. La noticia titular del día era la creación de un aparato. Una persona entrevistaba a los científicos rusos en su idioma y en el borde de la pantalla aparecían los subtítulos con un poco de retraso.
- Explíquenos doctor Sverdlov, ¿cómo es que han creado esta máquina? – Preguntó el entrevistador-.
- Fue un trabajo arduo, hay que reconocerlo, pero después de varios años de trabajo e investigación pudimos fabricar el RD-15, una máquina capaz de hacer que los signos vitales de un ser humano desaparezcan, claro que eso también se puede lograr con un disparo en la sien  -dijo entre risas- pero lo que no puede hacer un arma a diferencia de nuestra máquina es traer a la persona de vuelta a la vida. Aunque la resucitación es algo que en el pasado ya ha sido posible, el tiempo entre la muerte y la resurrección tenia que ser muy corto, digamos tres ó cuatro minutos a lo sumo. Con nuestro invento podemos garantizar que el tiempo de defunción antes de revivir se puede alargar por varias horas. Esto nos ha abierto un sin fin de posibilidades para el estudio del cuerpo humano. 
- Pero tenemos entendido que aún no se ha probado el RD-15 en seres humanos, ¿es verdad esto? 
- Lamentablemente así es, por el momento hacerlo sería ilegal, pero estamos trabajando en una iniciativa con el congreso para permitir que nuestro invento pueda utilizarse con personas y así poder extraer todo el potencial de conocimiento posible.
El deseo de Sverdlov, fue concedido, la iniciativa fue aprobada unos meses después. La noticia sobre el RD-15 no había causado revuelo ni mucho menos en la población en general, la conmoción vino después, cuando se dieron a conocer los resultados de las investigaciones realizadas a seres humanos. En una conferencia en vivo transmitida por varias cadenas de televisión a nivel mundial, el científico creador del RD-15 dijo haber descubierto lo que pasa después de la muerte, pero no sólo a nivel físico, de hecho lo que pasa a nivel físico pasó a ser prácticamente de ningún interés, el verdadero interés lo suscitó el científico al declarar que tenia datos suficientes para asegurar que existía vida después de la muerte y no sólo eso, sino que aseveraba que la reencarnación era un hecho irrefutable. Las reacciones de las personas presentes no se hicieron esperar y llovieron las preguntas, cada una de las cuales fue contestada  de forma convincente por el grupo de científicos presentes. Claro que eso no fue suficiente. Varios RD-15 fueron enviados a diferentes universidades reconocidas en todo el mundo para que se hicieran pruebas y que no quedara lugar a dudas. Así fue, y el veredicto resultó unánime: “Después de morir, reencarnamos”. Las pruebas se ofrecieron también a la población. Recuerdo haber visto por televisión decenas de entrevistas a personas que fueron resucitadas con el RD-15 después de horas de muertos, todos describían de forma casi idéntica la experiencia “postmortem”. Primero, la sensación de desprenderse del cuerpo y volar, la luz cegadora y el túnel que seguían instintivamente, para llegar después al final de éste donde los esperaba un espacio oscuro, allí sentían una sensación de dichosa paz. Acto seguido escuchaban una voz que parecía no provenir de ningún lado pero que sin embargo oían y entendían; “es difícil explicarlo, supongo que tendrían que morir para entenderlo” dijo uno de los primeros entrevistados. Lo que sorprendió a todos fue lo que la voz y las imágenes revelaban: “Estás muerto pero sólo por muy poco tiempo, tu alma renacerá como otra especie animal, luego en otra y otra, y así sucesivamente por los siglos de los siglos”.  De forma que para volver a renacer como ser humano antes deberías renacer como sólo dios sabe cuántas especies diferentes de animales. 
Estas revelaciones disgustaron a medio mundo, principalmente a los cristianos. La reencarnación como un animal era algo sacado de la religión budista e hinduista y por lo tanto todo aquel que no tenia dichas creencias no podía entenderlo. Hubo muchas manifestaciones en desacuerdo y tachaban a los científicos de sacrílegos, mentirosos y los mas extremistas incluso hasta de enviados del diablo. Claro que casi todas estas manifestaciones acabaron cuando el Papa, por iniciativa propia y en un intento desesperado por devolver la fe al catolicismo fue muerto y resucitado con el RD-15. El problema fue que al volver ya no sólo no quiso volver a ser Papa sino que ya no quiso tener nada que ver con la religión católica ni con su dios al que catalogó de una gran mentira. Después de eso el catolicismo se vio muy mellado, hasta que tiempo después desapareció casi completamente, no sin antes dejar una estela de suicidios masivos por todo el mundo. 
Al principio todos los grandes líderes probaron el RD-15, también muchas personas influyentes como políticos de altos rangos y otros millonarios. La máquina empezó a fabricarse al por mayor, hasta que en los últimos días “normales” solo requerías estar por encima de la media económica para poder comprobar en carne propia el resultado de viajar a “la sala de las almas” como le llamaron algunos autores de los tantos libros que se escribieron sobre este descubrimiento. En otros tipos de publicaciones como en la prensa sensacionalista y algunos periódicos regulares se rebelaron en que reencarnarían algunas grandes celebridades, por ejemplo: Brad Pitt sería una mantis religiosa en su siguiente vida; George Bush, una serpiente roja del África, Michael Jackson un salmón, etc. Varias de estas noticias ocuparon titulares en los periódicos hasta que a la gente dejó de importarle: no era escándalo si todo el mundo correría una suerte parecida. 
Las cosas empezaron a descontrolarse de verdad cuando el presidente de Alemania, Johannes Rau regresó de la muerte con la noticia de que en su próxima vida sería un vil perro, esto lo enfureció y enloqueció ya que estableció como ley que no debían existir perros en todo el país, quien tuviera alguno sería encarcelado y enjuiciado por traición a la patria. Las reacciones por parte de la población alemana no se hicieron esperar pero cualquier intento de revelarse fue sosegado por el ejército alemán que siguió las órdenes del presidente e hizo redadas para acabar con todos los perros. Les tomó varios meses, pero con la ayuda de los seguidores de la comunidad alemana  y el ejército acabaron con toda la población canina. No es necesario decir que muchísimas organizaciones en pro de los derechos animales hicieron marchas alrededor del mundo para mostrar su consternación y exigir justicia ante tales actos que clasificaban de monstruosos. A mí en ese momento me daba igual nunca había sido un amante de los animales y acabar con todos los perros no es lo peor que ha hecho el ejército alemán a lo largo de su historia, ni mucho menos. Esta fue la primera matanza de animales pero no fue la última. Algunos “intelectuales” iniciaron una nueva corriente de pensamiento llamada el “Rausismo” en honor al presidente alemán que fue el primero en llevar estas ideas a la práctica en gran escala. La idea principal del Rausismo sugería que bajo la premisa de que al morir reencarnaríamos en todos los animales restantes en el planeta antes de volver a ser humanos, la única solución viable para conservar la humanidad por siempre era acabar con todos los animales del planeta. “¿Y por qué no?” -decían-, “Si podemos vivir sin los animales, ¿qué es mejor: convertirse en vegetariano o convertirse en una rata?”. Mucha gente pensó que sería mejor ser vegetariano, así que surgieron grupos de seguidores del Rausismo en todo el mundo, grupos cuyos objetivos principales era acabar con la vida animal y conseguir mas seguidores, objetivos que alcanzaron bastante bien al conseguir algunos grandes aliados como los gobiernos de Rusia, España, Japón y claro el mismo Rau. Ataques terroristas contra animales se propagaron por todo el mundo, bombas en los zoológicos, envenenamientos de los mares, ríos y lagos, cazadores en masa y grandes incendios forestales (entre ellos uno que acabó con la mayor parte del Amazonas) fueron cosas de todos los días. El resto de países se proclamaron en contra de estos actos, pero aún así dentro de esos mismos países los seguidores del Rausismo que en su momento fueron cerca de la mitad de la población mundial, hacían estragos en cualquier parte donde hubiera vida animal. Las especies empezaron a desaparecer: águilas, tigres, hipopótamos, rinocerontes, entre otros. Extintos en tan sólo semanas. Animales domésticos, aves en general e insectos necesitaron más tiempo y esfuerzo por parte de los rausistas, pero ¡vaya que lograron hacerlo! Si bien, no fue un exterminio completo, fueron suficientes las muertes para llegar a la situación en la que nos encontramos.
Los protectores de los animales hacían lo que podían para resguardar a las criaturas restantes, muchos grupos se armaron y pelearon contra los cazadores, murieron demasiadas personas en aquellos enfrentamientos. Ese tipo de crisis existía sin excepción en todos los países del mundo, una de las grandes masacres humanas se llevó a cabo en la India cuando los alemanes ingresaron a la fuerza y empezaron a aniquilar (entre otras especies) a todas las vacas. El pueblo hindú enfurecido se reveló. Cargados con rústico armamento se enfrentaron al temible ejército alemán. Las vidas de hindúes se extinguieron más rápido y en más cantidad que copos de nieve bajo un sol abrasador. Su gobierno y muchos otros que estaban bajo el asedio de los países rausistas pidieron ayuda a Estados Unidos, pero los americanos tenían suficientes problemas con sus guerras internas como para poner atención en los problemas mundiales que aumentaban día a día. Y fue así hasta que un avión japonés “kamikaze” logró traspasar la defensa área de Estados Unidos y fue a estrellarse contra una reserva de animales en el oeste de California. Entre los muchos problemas que tenían los americanos, éste parecería uno muy leve, y así hubiera sido si no fuera porque el avión iba cargado con un par de bombas atómicas. La explosión se arraso buena parte de América junto con una porción considerable de México. No hace falta decir que esto hizo que Estados Unidos tomara cartas en el asunto, varios países se aliaron a éste y así fue como empezó en forma la Tercera Guerra Mundial. Alemania ya habiendo conquistado varios países pequeños y de paso acabando con prácticamente toda su vida animal y una gran parte de la humana también, se había vuelto más poderoso y sus aliados habían hecho otro tanto. 
La guerra fue encarnizada, las armas de alto poder estuvieron a la orden del día. Nunca hubiera creído que tuviéramos tal potencial destructivo en nuestras manos. Millones murieron. Japón recibió su segunda descarga atómica desde lo de Hiroshima, sólo que ahora fue unas diez veces más potente y Japón prácticamente dejo de existir junto con casi toda su gente. Después de esto, los españoles lamieron las botas de Estados Unidos y aceptaron cualquier castigo que éste les impuso. No puedo decir lo mismo de los alemanes que no se dejaron vencer por el miedo e infiltraron una bomba biológica en América, lanzada a través de un submarino hacia algún lugar dentro de las costas de Nueva Inglaterra. La bomba contenía un nuevo virus que atacaba tanto a humanos como a un gran número de especies animales. El virus se difundía a través del aire y mataba al huésped en pocos días, en semanas se propagó por toda América. Poco tiempo después se extendió a Europa y Asia. La población mundial, que ya se consideraba terriblemente mellada antes del virus, se redujo a niveles que no se veían desde hace siglos. Prácticamente el único país que no se vio afectado fue Alemania que contaba con el antídoto para el virus, antídoto que no compartirían a menos que se les diera completo control mundial. Al principio algunos países se negaron, pero al ver que las muertes aumentaban rápidamente cada día, terminaron por aceptar. 
Así fue como el sueño de Adolf Hitler se hizo realidad. Alemania fue el dueño del mundo. Aunque no por mucho tiempo…
En muy resumidas cuentas eso fue lo que pasó en el mundo en los años en los que aún no aparecían las bestias. 
No quiero pensar en esas malditas criaturas, pero no puedo evitar hacerlo, son… horribles por decir poco, corren a cuatro patas pero se pueden erguir en dos y en esta posición llegan a medir casi cuatro metros, su piel es dura como el granito y escamosa. Cada una de sus patas cuenta con grandes garras curvas y afiladas. Pero eso no es lo peor: sus hocicos, ¡oh cielos!, después de tanto tiempo huyendo aún hace que me orine en los pantalones el sólo ver esos agujeros repletos de dientes ridículamente largos. Tienen pequeñas líneas rojas a los lados de sus hocicos que hacen de ojos. Su fuerza y velocidad los hace casi imparables. Primordialmente solo piensan en matar y comer pero cuando necesitan aprender algo para lograr su objetivo, lo hacen. Está de más decir que se alimentan de lo que matan, o sea nosotros y sólo nosotros, a los animales no los tocan. Dejamos de ocupar el tope de la cadena alimenticia desde su aparición. Al principio se reportaron escasos avistamientos de estas bestias en Europa y Sudamérica pero dichos avistamientos se tomaron como noticias sensacionalistas salidas de reporteros hartos de escribir sobre guerra y asesinatos de animales. Grave error. En cuestión de meses estaban por todos lados reproduciéndose a una velocidad que los conejos envidiarían y descuartizando personas como si de la película de terror más sangrienta de la historia se tratara. Como dije antes, las balas casi no surten efecto en ellas; por su piel tan dura ni siquiera las municiones expansivas especiales pueden derrumbarles fácilmente. Habíamos aprendido a destruirles lanzando granadas hacia sus grandes hocicos y esperar a que las tragasen. Era un gran logro reventar alguna bestia de esa forma pero esto ya se ha vuelto imposible de hacer. Han aprendido a esquivar las granadas y a atacar con el hocico cerrado y abrirlo en el ultimo momento. Por lo que se, aun existe resistencia contra las bestias por parte de la milicia en varias partes del mundo, pero al igual que nosotros, no resistirán mucho tiempo mas. Las criaturas son como la monstruosa Hydra de la mitología griega, si derrumbas a uno, decenas más aparecen de donde menos te lo esperas y resulta imposible repetir la hazaña de Hércules y destruir a todas al mismo tiempo, tendríamos que destruir el mundo entero para lograrlo. Aunque, ahora que lo pienso, tal vez eso seria lo mejor después de todo.
 Existen varias teorías que explican el origen de estas criaturas, algunas personas afirman que los alemanes las crearon, claro que desde hace tiempo, echarle la culpa a Alemania por cualquier situación negativa que aconteciera era lo común. Otros creen que son seres extraterrestres que vinieron a destruir a la humanidad. Otros pocos (cristianos en su mayoría) aseveran que son un castigo divino por alejarnos del camino del Señor. Para todas estas teorías no existen pruebas sólidas, son poco más que meras suposiciones. Yo creo en la teoría que lanzó un pseudo-científico estadounidense en uno de los últimos programas de televisión que se transmitirían. Él afirmaba que estas criaturas surgieron debido a la disminución de “los contenedores de almas”. Basado en experimentos con el RD-15 llegó a la conclusión de que se crean cierto número de almas a cada momento allá en el cielo (por llamar de alguna forma a ese lugar) y estas almas necesitan un huésped donde introducirse y así dar la vida. El número de almas siguió creciendo y el de huéspedes disminuyendo debido a las guerras, matanzas y desastres, hasta que llegó un momento en que las almas sobraban, así que lo que hizo el creador de dichas almas fue implantar nuevos tipos de vidas que pudieran contenerlas, ¡y qué tipos de vidas fueron éstas! Al parecer mató dos pájaros de un tiro, tiene los contenedores para sus almas y de paso éstos mismos destruyen a los causantes en un principio de su escasez. Al parecer la situación se puso tan mal tan pronto que el creador se saltó los siglos de evolución y echó mano de la generación espontánea. Me imagino a Charles Darwin revolcándose en su tumba, pero bueno, al parecer las cosas así sucedieron.
Ahora que lo pienso, todo lo que ha pasado tiene sentido, ha seguido una lógica de causa y efecto… pero aún así no me parece razonable el hecho de que en este momento esté disparando contra todos mis compañeros dormidos, tal vez sea para no alargar su dolor y miseria por más tiempo, o tal vez lo hago sólo porque la desesperación me volvió loco. Creo que nunca lo sabré, las bestias ya han conseguido entrar aquí… 


Autor. LE FELIPAO ©