No se ustedes pero yo ya estoy hasta el hartazgo de ver siempre las mismas historias en la televisión y en el cine. Tanto las series como las películas están sufriendo de tal falta de originalidad que están acabando con el interés de muchos por seguir consumiendo los productos basura que siguen llegando en toneladas.
A veces pienso que ya se ha inventado todo, que no hay nada nuevo en el horizonte, y si de verdad es así, y no queda otra más que repetir las mismas historias una y otra vez, pues entonces los conmino a que por lo menos hagan el esfuerzo de darle destellos refrescantes a la trama para que al final nos entreguen la misma mierda olorosa pero envuelta en un lindo papel celofán.
Lights Out, se puede resumir como mis suplicas siendo escuchadas. Una serie que recicla una historia que hemos visto cientos de veces pero que agregándole trabajo y detalles interesantes puede volverse fresca e interesante. Tan fresca e interesante que ha terminado entrando en mi Top 5 of all times.
La serie narra la historia de un ex campeón de boxeo de la categoría de los pesos pesados Patrick “Lights” Leary el cual lleva cinco años retirado viviendo la buena vida con sus millones ganados a base de dejar inconscientes a sus coetáneos. Y Es así hasta que por unas malas inversiones termina perdiéndolo todo y se ve en la necesidad de hacer otros tipos de trabajo para ganarse la vida… e incluso sopesar la posibilidad de volver al ring.
Ok, hasta aquí ya pareciera que le estoy narrando la historia de Rocky, CInderella Man o tantas otras por ahí que se basan en la misma premisa. Y quizá si es así pero Lights Out destaca entre otras cosas por su personaje principal interpretado por Holt McCallany. Lights es un tipo duro que no teme mancharse las manos de sangre para alimentar a su familia pero que a su vez tiene un corazón bondadoso y cierta inocencia que hace que termines adorando al personaje.
La historia es complementada por la familia de Leary, esposa, hijas, el padre (entrenador), hermano (representante), y por los que tratan de aprovecharse o vengarse de él: el promotor de boxeo, el mafioso local y por supuesto el archirrival boxístico que término quitándole el campeonato a Leary en una decisión controversial.
Todo esto hubiera dado para algunas temporadas de clavar las uñas al sillón, pero lamentablemente ha sido cancelada por la FOX después de su primera temporada. Los bajos ratings que tuvo en Estados Unidos solo refuerza mi idea de que en cincuenta años los estadounidenses terminaran pidiendo ayuda a otros países para que les limpien el culo. Tanto reality show y mierdas así los están volviendo estúpidos.
Bueno, sin llorar. Aun nos quedan trece episodios de esta gran serie para disfrutar. Le doy las gracias a sus creadores por tener la suficiente inteligencia y huevos para llevar a la pantalla historias como esta, que a pesar de no ser original ni mucho menos, si nos da entretenimiento de ese que te hace sentir que todavía queda esperanza para la televisión, es decir, entretenimiento del bueno.
